Cuando niño piensas que nunca estarás en el sistema. Eres rebelde y nunca necesitarás de la mierda en que están metidos los adultos. Pero es fácil despotricar contra el trabajo cuando parasitas de otros que sí están metidos hasta el cogote, y dependiendo de tu urgencia económica ya tienes que trabajar, y comienzas a transar algunas cosas. Dependiendo de lo que hagas, tienes que replantearte y modificar aspecto personal, corte de pelo, horas libres, etc. Ya no puedes decir todo lo que piensas, porque de ser así, la mitad de Chile ya habría sido despedida por insultar a su empleador. Incluso si logras ser tu propio jefe, deberás tener cuidado de no ser contigo más cabrón incluso que lo que lo sería otro. Es que habemos algunos subnormales autoexigentes y trabajólicos para quienes esto es un tema complicado.Rascándote con uñas propias, aparecen en tu vida un mundo de cosas como cuentas, imposiciones (si es que tienes la suerte -buena o mala- de conseguir un contrato), y trámites por doquier. Te comienzan a bombardear con publicidad para tener tarjetas en casas comerciales, para comprar aquí o allá, o para guardar tu plata en tal o cual lado. Todo esto si es que las lucas te alcanzan hasta la mágica fecha donde canta Gardel. Y si no, se te abren todas las posibilidades para que te endeudes con créditos y tarjetas. Es que todos somos clase media (y mediocre).No te das cuenta y ya tienes el agua hasta el cuello y dedicas toda tu vida a hacer cosas que odias. Y como ya otros dependen de ti, la posibilidad de atreverte a salir de la máquina se hace cada vez más improbable. Día a día disminuyen tus fuerzas, tus energías, tus convicciones, tu entusiasmo, y la cosa se pone cuesta arriba. Tu responsabilidad la delegas -por comodidad o cansancio- en una urna o en nuevos líderes que hablen más fuerte que tú, y asumes tu vida como el modelo de vida que debes enseñar a tus hijos.Comienzas a planificar tu vida en base a miedos e inseguridades, y ahí es cuando el sistema ya te atrapó y ya no hay mucho que hacer. O matas los miedos y vuelves a tomar las riendas de tu propia existencia, o te quedas calladito esperando tener un funeral decente.Si es que logras pagarlo, claro."El sistema somos nosotros, el problema es nuestro / el problema somos nosotros, el sistema es nuestro" (Sistemática, Marcel Duchamp)
Esta entrada la saque del blog:http://malasjuntas.blogspot.com/ tal cual esta publicada.